




CRUSH
Exchange, experimentation and celestinage at La Praga
Foto @Thiago Libertade
2021
JUNE | TEATRO PRADILLO.
JAN-JUNE | LA PRAGA. MADRID
CRUSH
INTERCAMBIO, EXPERIMENTACIÓN Y CELESTINAJE EN LA PRAGA
Crush es un espacio para conocerse, o desconocerse, desde las profundidades de las prácticas. Un encuentro one to one desde donde situarnos en el antes, antes de que las cosas sean algo, antes de que podamos incluso formular qué estamos haciendo. Es un contexto de aprendizaje mutuo donde aprender las unas con las otras bajo unas condiciones básicas. Que se aleja de las lógicas productivistas y pone el foco en el propio encuentro y lo que sea que de ahí emerja. En los inicios, en el entre. En el compartir lo que hay entre dos mundos que se encuentran. ¿En qué estás ahora? ¿Cómo trabajas tú? Mira, empiezo a trabajar así. Ah, qué bien, ¿me enseñas? ¿Y tú? Yo me estoy haciendo estas preguntas. Podemos hacer esto. Sí. Claro. Tal vez esto otro. Me gustaría probar esto. Pues probémoslo.
Con:
Victor Colmenero & Cristina Mejías
Raquel G. Ibáñez & Silvia Zayas
Ohiana Altube & Lidia Hurtado
Co-curators: Marta Echaves & Esther Rodríguez-Barbero
Coordinación: Paula Cueto
textOs:
UNA EPÍSTOLA AMOROSA (DESDE EL CONVENTO)
Queridas amigas,
Hace un rato he abierto los ojos, los había cerrado un momentito para escuchar mejor. De repente al abrirlos estaba aquí en una habitación chiquita de paredes blancas con una ventana a mi derecha. Delante de mi hay un papel que tiene escrito: Queridas Raquel, Marta, Silvia y Paula encima de una mesa de madera. Me pregunto cómo habrá llegado hasta ahí, qué misterio misterioso será éste que me circunda el cuerpo. Parece la habitación de un convento, sólo que no hay crucifijos ni vírgenes, no hay símbolos, será un convento laico. Hay mucho silencio. Los silencios de convento no son iguales que los silencios de casa del pueblo a la hora de la siesta o los silencios del desierto. Cada lugar tiene su propio silencio. Aquí, en el convento, hay una ventana por donde entra un rayo de sol que impacta justo en el entrecejo del smiley triste que dibujó Raquel que está al lado de la carta. Es fascinante, brilla en la oscuridad, me mira fijamente y los ojos son como dos agujeros profundos donde caben todas las cosas que no han encontrado aún su manera de decirse. El murmullo y los zumbidos. Recuerdo que estaba en el Flotarium que habíais construido Silvia y Raquel para dejarnos caer, y de repente, como de la nada aparecí aquí, en el convento.
https://www.tea-tron.com/calapraga/blog/2021/04/07/una-epistola-amorosa-desde-el-convento/
textOs:
SINCRONIZAR LOS TEMBLORES
Hay algo que nos une desde antes. A nosotras nos unió un camión. A Victor y Cris un relato de un reflejo doblado. Voy hacia atrás. Últimamente tengo muy presente una pregunta, ¿desde dónde hacemos lo que hacemos? En el encuentro entre Victor y Cris hay cosas de atrás. Cosas que ya estaban sucediendo antes del encuentro, por debajo, en la antesala. Desde ese día que se encontraron clandestinamente en el espacio, cuando aún no se sabía muy bien qué iba a suceder pero los espacios empezaban a cerrar. Y después vino el estado de alarma. Y nos mandaron esa foto tomándose un vermut en una mesa hecha improvisada, los dos sonriendo junto a Abril la perra de Cris. Todo en la antesala, cuando no sabíamos nada de lo que vendría después, antes de que sobreviniera el caos. En medio del caos sucedieron cosas pequeñas. Un día Victor me mandó un audio de un texto en ingles, era el relato de William Wilson. Me pidió que lo recitara a la vez que lo escuchaba del propio audio que había recibido que no se entendía muy bien porque alguien lo había grabado sincronizado con el audio de otro alguien. Así que estaba lleno de uh, ah, mmm, jaja, ehhh. El coro de los doppelgänger que desconocen que lo son, de las voces de la conciencia. Un día, mucho tiempo después Cris encontró en el baño de los padres de alguien muy cercano a ella, un poster firmado por William Wilson. El mismísimo. El afectuoso. Y era de un festival en Francia, así que escribió al festival preguntándole por ese tal Wilson (creo que no la contestaron, porque William no suele contestar así como así). El caso es que un día de Navidad le mandó una foto a Víctor diciendo:
-¡He encontrado a William Wilson!
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